En Los Cabos tuve participación como presidente de la Asociación Hotelera de Los Cabos, era quien administraba los intereses de los hoteles de cadena y de los hoteles de tiempo compartido. En el Consejo de Administración estaba conmigo, Alberto Coppola Cofroy, como vicepresidente y nuestro tesorero era Rogelio Bosques. A nivel de mercadotecnia trabajábamos con la agencia Reynolds & Associates; Chuck y Margy tenían la firma y eran quienes manejaban la administración de la mercadotecnia de la Asociación de Hoteles.
En algún momento, esta asociación la dirigía Cristobal Tortosa quien tuvo el acierto de lograr el primer vuelo patrocinado por Los Cabos a través de una carta de crédito con Continental Airlines, y dejo pactado un trato con American Airlines.
Como todo destino emergente, los retos eran grandísimos y no solamente tenía que ver con la comercialización del destino, sino también con proceso del crecimiento. Había que atraer nuevas líneas aéreas.
Mi recomendación a los presidentes es que disfruten del privilegio y de la responsabilidad. Fueron elegidos porque tienen potencial y después el resto de los hoteles asociados los verán como líderes. Llevar a cuestas un hotel, es llevar a cuestas una ciudad, no es una tarea fácil. Y si aparte de ello invierten tiempo en la Asociación, les recomendaría estar relajados, porque es muy intensa la labor.